miércoles, 19 de agosto de 2015

CAPACIDADES  DIFERENTES  O INCAPACIDADES.

CASO  A:

Hace  un tiempo me encontraba escuchando a uno de mis pacientes,

que luego de un largo periodo de tratamiento que cursaba me comentaba

que no podía hacer o decir tal o cual cosa porque él estaba enfermo. Al

preguntarle ¿enfermo de qué? Me dijo el nombre exacto de la capacidad

diferente de cual  padecía. Padecía, y lo digo tal cual, ya que  durante mucho

tiempo yo sentía que de esa  forma él me lo trasmitía.

A partir de ese momento me empecé a preguntar de qué manera o

qué tipo de estrategia me planteaba para trabajar en el caso. Pero se me

comenzaba a cruzar por la cabeza que a las capacidades diferentes se le

sumaba la imposibilidad de poder entender a aquellos incapaces que no

pueden o no quieren entender; que solo se trata de “lo diferente”.

A… me decía en terapia: el médico me dice que estoy enfermo, en la

calle me tratan como un enfermo- ¿entonces? Entonces qué:- podes

caminar? -Si, podes jugar al futbol?- Si, podes hablar?- Si, claro y como eso

hay muchas  cosas que podes hacer. A partir de este momento me di cuenta

que A… me estaba dando muchos elementos para poder trabajar con él y

Para poder pensar juntos, con todas las limitaciones del caso, que lo de

él no es una enfermedad, que justamente se trata de la diferencia.

Intercambiamos en  el consultorio, salimos a caminar, mostrarle lo diferente,

fue lo que hizo que fuera saliendo de a poco de ese lugar de “enfermo” en

que se había instalado  y enmarcado por otros.

Poco tiempo después A… mejoró su conducta en el colegio, mejoró en

el área pedagógica y en el trato con sus docentes.

Fue esto lo que parecería ser tan pequeño, lo que me llevo a pensar

que las incapacidades (limitaciones mentales) nuestras, no nos dejan pensar

que se trata de CAPACIDADES  DIFERENTES.

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