RESILIENCIA –
NADA ES PARA SIEMPRE
Quisiera
compartir con ustedes un cuento que alguien me contó una vez.
“Había una vez
dos niños que patinaban sobre una laguna helada. Era una tarde nublada y fría,
pero los niños jugaban sin preocupación. De pronto, el hielo se reventó y uno
de los niños cayó al agua, quedando atrapado. El otro niño, viendo que su amigo
se ahogaba bajo el hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus
fuerzas hasta que logró romper la helada capa, agarró a su amigo y lo salvó.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaban cómo lo hizo, pues el hielo era muy grueso.
- “Es imposible que lo haya podido romper con esa piedra y sus manos tan pequeñas”, afirmaban.
En ese instante apareció un anciano y dijo:
- “Yo sé cómo lo hizo”.
- “¿Cómo?”
- “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo”.”
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaban cómo lo hizo, pues el hielo era muy grueso.
- “Es imposible que lo haya podido romper con esa piedra y sus manos tan pequeñas”, afirmaban.
En ese instante apareció un anciano y dijo:
- “Yo sé cómo lo hizo”.
- “¿Cómo?”
- “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo”.”
Así es cómo nadie está
condenado frente a las adversidades. Hay
una posibilidad de mejora. Hay
una salida posible. Algo puede
hacerse para salir fortalecido de lo adverso. Podemos ser resilientes.
¿QUÉ ES LA
RESILIENCIA?
En
pocas palabras podemos definirla como una la capacidad humana universal para desarrollar procesos intrapsíquicos que, en interacción dinámica con el contexto,
posibilitan hacer frente a las
adversidades de la vida, superarlas
y ser transformado positivamente por
ellas.
Es
decir que es una capacidad psíquica que todas las personas podemos
potencialmente desarrollar y aprender, con ayuda de la interacción de los que
nos rodean. Es un proceso que nos permite enfrentar lo adverso que acontece en
nuestras vidas no sólo para superarlo sino también para salir fortalecidos y
transformados positivamente de ello.
Pero ¿CÓMO LOGRAMOS ADAPTARNOS POSITIVAMENTE A LA REALIDAD ADVERSA?
Teniendo y desarrollando una CONDUCTA RESILIENTE, la cual exige de
nosotros PREPARARSE, VIVIR y APRENDER de las experiencias de adversidad.
Para ello es fundamental guiarnos por 4 PENSAMIENTOS que nos permiten
actuar de esa forma.
•
YO TENGO –
soporte social, amigos, familia, colegas, redes sociales, vínculos positivos a
mi alrededor que me respaldan
•
YO SOY –
capaz, creativo, activo, alguien con fortalezas y capacidades
•
YO ESTOY –
dispuesto a aprender y preparado para hacer
•
YO PUEDO –
valorar mis habilidades y reconocer mis limitaciones, expresar mis emociones
con asertividad
Ser una persona resiliente es desarrollar ciertos atributos como INTROSPECCIÓN,
para preguntarse y responderse honestamente; INDEPENDENCIA, para tomar distancia
emocional y física del medio adverso; CAPACIDAD
DE RELACIONARSE, y establecer lazos positivos; INICIATIVA, ponerse a prueba progresivamente; HUMOR, para encontrar lo cómico en la
tragedia; CREATIVIDAD, orden,
belleza y finalidad a partir del caos; MORALIDAD,
valores que extiendan el bien personal a los otros; AUTOESTIMA.
Así nos convertimos en PERSONAS QUE ANTE SITUACIONES DE ADVERSIDAD SE
FORTALECEN.
Como psicólogos buscamos promover siempre la salud. Ayudamos a
desarrollar pensamientos y conductas resilientes. Entendemos esto como un
proceso, algo dinámico, que requiere de acciones y tiempo para desarrollarse.
Por eso nos brindamos para ayudar en este camino a quien lo requiera y esté
dispuesto a recorrerlo.
Lic. Eliana Luongo
Psicóloga
Activamente
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